En mi terrible orfandad busco tu amparo
y me invento la noche mas terrible
lejos de la agonía sin tus besos
apaciguada y sin esperanza tras la puerta
cabizbaja por la habitación vacía
sin el calor de tus manos... Fría de ausencia
soledad y grietas en el alma
el cuerpo sellado por el olvido...
Descalza meditabunda mordiendo el polvo
acechando la cruz del milagro perdido
en la calle de los desahuciados me pierdo
con la mirada opacada tras las cortinas
¿Donde estás y donde estoy en esta noche tan fría?
Crujen los huesos de los muertos
como el dolor que acompasa las sombras
de la anatomía olvidada por mis ruegos
cunde el ardor atropellando la lumbre...
El fuego ígneo del recuerdo perene
en el espejo, refleja tu sombra
en el silencio lacerante
donde muere el espectro impetuoso
sin tus besos...